viernes, 2 de febrero de 2018

LA APLANADORA BERGOGLIANA AHORA SOBRE "HUMANAE VITAE"


P. Maurizio Chiodi


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Adiós "Humanae vitae". Francisco liberaliza la píldora
Adiós "Humanae vitae". A medio siglo de distancia, la encíclica contra los métodos artificiales de regulación de la natalidad que marcó el momento más dramático del pontificado de Pablo VI, rechazada por episcopados enteros, criticada por innumerables teólogos, desobedecida por miles de fieles, ahora cede el paso a una radical reinterpretación, a un “cambio de paradigma” indudablemente querido y alentado por el papa Francisco en persona.

La paradoja quiere que sea Pablo VI el Papa que Jorge Mario Bergoglio más admira y alaba. Y precisamente – son sus palabras – por "la genialidad profética" con la que escribió esa encíclica y por su "valentía de alinearse contra la mayoría, de defender la disciplina moral, de ejercer un freno cultural, de oponerse al neomaltusianismo presente y futuro".

Pero precisamente, "todo depende de cómo se interprete la Humanae vitae", no deja de comentar cada vez el papa Francisco: porque “la cuestión no es cambiar la doctrina, sino profundizar y hacer efectivamente que la pastoral tenga en cuenta las situaciones y lo que es posible hacer para las personas".

Dicho y hecho. Para dar un rol importante al nuevo paradigma interpretativo de "Humanae vitae", con una explicita vía libre a los anticonceptivos artificiales, intervino Maurizio Chiodi, un teólogo de los más acreditados ante al actual Papa, profesor de teología moral en la Facultad Teológica de la Italia septentrional y miembro recién nombrado de la Pontificia Academia para la Vida, ya autor en el 2006 de un libro, "Etica della vita", en el que sostenía la licitud de la procreación artificial.

La importancia de su toma de posición es corroborada por dos hechos concatenados.

El primero es el contexto en el que Chiodi ha dictado la nueva interpretación de "Humanae vitae": una conferencia en la Pontificia Universidad Gregoriana, el 14 de diciembre, en el marco de un ciclo de encuentros todos dedicados a esa encíclica en el cincuentenario de su publicación, promovidos por la Facultad de Teología Moral de la universidad, dirigida por el jesuita argentino Humberto Miguel Yáñez, pupilo de Bergoglio.

De esta conferencia ha dado un detallado informe la periodista estadounidense Diane Montagna en Life Site News, en su edición del 8 de enero, al cual han seguido las vivaces reacciones de los defensores de la debatida encíclica:


Pero ahora hay más. El domingo 28 de enero la conferencia de Chiodi fue publicada nuevamente con gran relieve en el diario de la Conferencia Episcopal Italiana, "Avvenire", en el suplemento mensual "Noi, Famiglia & Vita", con una nota introductoria que lleva por titulo "Da papa Montini a Francesco, sviluppo nella fedeltà", [Del papa Montini a Francisco, desarrollo en la fidelidad], en la que se lee:

"Es una posición [la de Chiodi] que se inserta acreditadamente en el debate en curso, y que no se entiende como una superación o una crítica a 'Humanae vitae', texto que es y permanece como fruto de una elección profética y valiente para el tiempo y para la situación histórica en la que el papa Montini la concibió, no sin tormentas y no sin haber aclarado que se trataba de magisterio que no era ni infalible ni irreformable. En esta perspectiva, la reflexión del teólogo se entiende como una propuesta que pretende representar el desarrollo de una tradición. Y una tradición, para ser viva y continuar hablando a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo, no se esclerotiza sino que se hace dinámica, es decir, se hace coherente con una sociedad que cambia. Don Chiodi tiene la valentía de definir el problema que se plantean desde hace algunas décadas teólogos y expertos de pastoral. ¿Verdaderamente los métodos naturales se entienden como el único camino posible de planificación familiar?".

La nota, como se ve, termina con un interrogante, pero que es totalmente retórico. Las tesis expuestas por Chiodi en su conferencia, en efecto, no son hipotéticas, sino asertóricas. Hay circunstancias – sostiene – que no solo consienten, sino que "requieren" otros métodos, no naturales, para la regulación de la natalidad.

El texto íntegro de la conferencia de Chiodi publicada nuevamente en "Avvenire" – con algún recorte insignificante respecto a la pronunciada en la Gregoriana – está en esta otra página de Settimo Cielo:


Después de haber rediscutido "la responsabilidad subjetiva de la conciencia y la relación constitutiva entre norma y discernimiento" en el surco de la exhortación postsinodal del papa Francisco, Chiodi plantea "la pregunta si los métodos naturales pueden/deben ser la única forma de generación responsable".

Y éstas son las conclusiones a las que llega:

"Lo que la práctica de los 'métodos naturales de fecundidad' atestigua es el carácter responsorial de la generación: también ellos dicen que generar no es crear. Pero el método atestigua más de cuanto pueda garantizar por sí mismo, revela un sentido que lo trasciende. Si la responsabilidad de generar es aquello a lo cual remiten estos 'métodos', entonces se puede comprender cómo en las situaciones en los que son imposibles o impracticables, es necesario encontrar otras formas de responsabilidad: estas 'circunstancias', por responsabilidad, requieren otros métodos para la regulación de la natalidad. En estos casos, la intervención 'técnica' no niega la responsabilidad de la relación generante, así como además una relación conyugal que recurre a los métodos naturales no es automáticamente responsable.

"La insistencia del magisterio sobre los métodos naturales no puede entonces interpretarse como una norma que tiene fin en sí misma ni como una mera conformidad a las leyes biológicas, porque la norma remite al bien de la responsabilidad conyugal y las leyes físicas (physis) de la infecundidad se inscriben en un cuerpo de carne y en relaciones humanas irreductibles a leyes biológicas.

"La técnica, en circunstancias determinadas, puede consentir custodiar la cualidad responsable del acto sexual. Por eso ella no puede ser rechazada a priori, cuando está en juego el nacimiento de un hijo, porque también ella es una forma del obrar y, como tal, requiere un discernimiento sobre la base de criterios morales irreductibles a una aplicación silogístico-deductiva de la norma".

Para beneficio de los lectores, "Avvenire" sintetiza de este modo, en el centro de la página, la reinterpretación de "Humanae vitae" hecha por Chiodi:
"Si hay situaciones en las que los métodos naturales son imposibles o impracticables, es necesario encontrar otros caminos, porque una generación responsable no puede ignorar las ofertas de la técnica".

Es útil agregar que el 27 de junio, el día anterior a la publicación de esta conferencia de Chiodi, también monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida y gran canciller del Instituto Juan Pablo II, dijo en una entrevista publicada en el diario de la Conferencia Episcopal Italiana, aludiendo a "Humanae vitae", que se han hecho "posteriores profundizaciones en el frente de la responsabilidad de la generación", porque "las normas son para hacer vivir a los seres humanos, no para hacer funcionar a los robots", y, en consecuencia, "requieren un proceso de evaluación que debe tomar en cuenta el conjunto concreto de las circunstancias y de las relaciones en las que se encuentra la persona".

Y ya antes que Chiodi pronunciara su conferencia en la Gregoriana, también monseñor Luigi Bettazzi, de 94 años, uno de los poquísimos obispos todavía vivo que participó en el Concilio Vaticano II, había dicho en "Avvenire", el 29 de octubre del 2017, que a cincuenta años de la "Humanae vitae", "ha llegado ahora el momento de repensar la cuestión", porque "no son las doctrinas las que deben cambiar, sino que somos nosotros, con el transcurrir de los años, quienes llegamos a comprender siempre mejor el significado, leyéndolas a la luz de los signos de los tiempos".

Además, ya está actuando desde la primavera pasada la comisión de estudio instituida en el Vaticano para reconstruir la génesis de "Humanae vitae" desde el punto de vista histórico y documental.

Forman parte de esa comisión los monseñores Gilfredo Marengo y Pierangelo Sequeri, del Instituto Juan Pablo II; Angelo Maffeis, del Instituto Pablo Vi, de Brescia, y el historiador Philippe Chenaux, de la Pontificia Universidad Lateranense.

Marengo y Paglia han negado que los trabajos de la comisión respecto a los contenidos de "Humanae vitae" sean una reinterpretación.

Pero es demasiado evidente que la revisación del atormentado recorrido de preparación de esa encíclica – en la que ya entonces las corrientes favorables a la anticoncepción artificial eran mucho más fuertes y apremiantes que las contrarias, apoyadas por Pablo VI – solo podrá beneficiar al cambio de paradigma que está teniendo lugar.