sábado, 25 de julio de 2015

SÁBADO MARIANO, NO OLVIDE REZAR EL ROSARIO

“Padre, la Santísima Virgen está muy triste porque nadie ha prestado ninguna atención a Su Mensaje, ni los buenos ni los malos. Los buenos continúan su camino, pero sin dar ninguna importancia a Su Mensaje. Los malos, no viendo realmente caer el castigo de Dios sobre ellos, continúan su vida de pecado sin atender siquiera el Mensaje. Pero créame, Padre, Dios castigará al mundo y eso será de una manera terrible. El castigo del Cielo es inminente.”
“En los planes de la Divina Providencia, Dios siempre, antes de castigar al Mundo, agota todos los otros remedios. Entonces, cuando ve que el Mundo no presta atención a pesar de todo, como decimos en nuestra imperfecta manera de hablar, Él nos ofrece con una ‘cierta inquietud’ el último medio de salvación, Su Santísima Madre. Y es con una cierta inquietud, porque si nosotros despreciamos y rechazamos estos últimos medios, no tendremos ningún otro perdón del Cielo, porque habremos cometido un pecado que el Evangelio llama ‘el pecado contra el Espíritu Santo’. Ese pecado consiste en rechazar abiertamente, con todo conocimiento y consentimiento, la salvación que El ofrece. Recordemos que Jesucristo es un muy buen Hijo, y que El no permite que ofendamos y despreciemos a Su Santísima Madre. Debemos tener en cuenta, que a través de muchos siglos de la historia de la Iglesia, los obvios testimonios demuestran, por los castigos terribles que han acontecido a aquellos que han atacado el honor de Su Santísima Madre, cómo Nuestro Señor Jesucristo siempre ha defendido el honor de Su Madre.”
“Mire, Padre, la Santísima Virgen, en estos últimos tiempos en los que vivimos, ha dado una nueva eficacia al rezo del Rosario. Ella ha dado esa eficacia hasta tal punto, que no hay ningún problema, ni cuestión por difícil que sea, tanto temporal o sobre todo espiritual, en la vida personal de cada uno de nosotros, de nuestras familias, de las familias del mundo, o de las comunidades religiosas, o incluso de la vida de los pueblos y de las naciones, que no pueda ser resuelto por el Rosario. No hay problema, le digo, ni asunto por difícil que sea, que nosotros no podamos resolverlo con el rezo del Santo Rosario. Con el Santo Rosario nos salvaremos. Nos santificaremos. Consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas.”

“Finalmente, la devoción al Inmaculado Corazón de María, nuestra Santísima Madre, consiste en considerarla como la sede de la Misericordia, de la bondad y del perdón, y la puerta cierta por la cual entraremos al Cielo.” Sor Lucía de Fátima, Entrevista con el P. Fuentes.