jueves, 14 de febrero de 2013

MONSEÑOR FELLAY : « Pensé que anunciando su dimisión, Benedicto XVI tendría un último gesto hacia nosotros como Papa”





Por Pierre de Bellerive le 15 fév, 2013 @ 1:08
  Monseñor Fellay es el superior de la FSSPX fundada por Monseñor Lefebvre. El vuelve a Nouvelles de France para hablar sobre las tentativas de acercamiento de la FSSPX con Roma que han marcado el pontificado de Benedicto XVI.
Monseñor, apreciaría usted el hecho de que el último gran acto del pontificado de Benedicto XVI pudiera ser la reintegración de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X?
Por un breve instante, pensé que, anunciando su dimisión, Benedicto XVI tendría un último gesto hacia nosotros como Papa. No obstante, veo muy difícil que esto pueda ser posible. Habrá que esperar probablemente al próximo Papa. Incluso le diré, a riesgo de sorprenderlo, que hay problemas más importantes para la Iglesia que el de la FSSPX, y de cierta manera, al arreglarse, el problema de la Fraternidad se arreglará.
Algunos dicen que usted desea que Roma reconozca el rito ordinario como ilícito ¿podría aclararnos este punto?
Estamos muy consientes que es muy difícil pedirles a las autoridades una condenación de la nueva misa. En realidad, si lo que deba ser corregido lo fuera, sería un gran paso.
¿Cómo es eso?
Esto puede ser realizado por una instrucción de la Congregación por el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. A fin de cuentas no es tan complicado. Yo pienso que hay cambios importantes a efectuar a causa de las graves y peligrosas deficiencias que hacen a este rito condenable. La Iglesia puede efectuar muy bien estas importantes correcciones sin quedar mal o perder su autoridad. Pero actualmente noto la oposición de una parte de los obispos a las legítimas demandas del papa de corregir, en el canon de la misa, la traducción de “pro multis” por “por muchos” y no “por todos”, traducción falsa que encontramos en muchos idiomas.
¿Desea volver sobre el Concilio Vaticano II ?
 En lo que concierne al Vaticano II, como en la misa, nosotros estimamos que es necesario clarificar y corregir un cierto número de puntos que son, ya sea erróneos o que conducen al error. No obstante, no esperamos que Roma condene al Vaticano II en poco tiempo. Ella puede recordar  la Verdad, corregir discretamente los errores salvaguardando su autoridad. Sin embargo, nosotros pensamos que la Fraternidad aporta su piedra al edificio del Señor denunciando ciertos puntos litigiosos.
Concretamente, usted sabe bien que sus reivindicaciones no serán satisfechas de un día para otro.
Ciertamente, pero progresivamente lo serán, yo pienso. Llegará un momento donde la situación será aceptable y podremos estar de acuerdo, aún cuando hoy mismo no parece ser el caso.
Usted se ha entrevistado con Benedicto XVI en sus primeros meses de su pontificado, ¿puede decirnos cuál fue su sentimiento hacia él en ese momento?
Puedo decir que me encontré con un Papa que tenía un deseo sincero de realizar la unidad de la Iglesia, incluso si no llegamos a ponernos de acuerdo. Pero créame que pido por él todos los días.
¿Cuál fue, para usted, el acto más importante de su pontificado?
 Yo pienso que sin lugar a dudas, el acto más importante fue la publicación del Motu Proprio Summorum Pontificum que acuerda a los sacerdotes del mundo entero la libertad de celebrar la misa tradicional. Lo hizo, hay que decirlo, con valor porque tenía oposiciones. Yo pienso que este acto traerá frutos muy positivos a largo plazo.